Realmente fue un hermoso paseo, el día acompaño y el lugar es hermoso. En los puestos te ofrecían de todo para probar. En una de las fotos pueden ver que Madi aceptaba todo (en un mano tiene un gajo de mandarina orgánico y un grisin de sésamo y en la otra un jugo de arándanos orgánicos).
El lugar es el palacio del hotel, donde ademas se puede ir a tomar un café o almorzar. Los jardines están llenos de verde y con fuentes. Ademas había una pequeña banda que tocaba temas muy tranquis en vivo.
Todo el personal muy amigable. Los chicos (y no solo los míos) decidieron usar un lateral de escalera de mármol como tobogán mientras escuchaban música clásica. Nadie los vino a retar!
Una hermosa mañana.
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